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La Frontera entre la Naturaleza y la Arquitectura

La Frontera entre la Naturaleza y la Arquitectura - El sitio donde fluye la Creatividad

Inspirados en el tema de CreativeMornings de este mes nos focalizamos en el exterior miramos hacia fuera, aunque desde casa,  hacia la naturaleza, para descubrir cómo el mundo natural puede inspirar e influir en el arte, arquitectura y diseño.

¡Hay tantos ejemplos! Este comienzo de año he podido pasar en la ciudad de México, allí tuve la oportunidad observar el papel tan importante que juega la naturaleza en el trabajo de los grandes maestros del arte y de la arquitectura Mexicana.

Una buena opción para empezar es probablemente es el ejemplo más conocido y más importante de la cultura Mexicana: la Casa Azul. El sitio donde nació, vivió y murió Frida Kahlo y donde hoy podemos explorar y entender mejor la profunda conexión entre el arte de Kahlo y el mundo natural.

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Ubicada en el centro de Coyoacán, uno de los barrios más antiguos y bellos de la Ciudad de México, La Casa Azul fue construida por el padre de Frida Kahlo, Wilhelm o Guillermo Kahlo, en año 1904. Siguiendo una estructura de patio central y los cuartos alrededor, modelo de las casas típicas de la época.

En la década de 1940, Frida Kahlo y su marido, Diego Rivera, decidieron ampliar la vivienda y el jardín de La Casa Azul, dándole el toque personal, incorporando aún más plantas, los colores y las decoraciones particulares expresando sus propios gustos y pasión por el arte popular mexicano y prehispánico.

La remodelación de la casa (según el diseño de Juan O'Gorman) les permitió también incorporar un nuevo estudio para la artista – lleno de luz natural y con las vistas espectaculares para el jardín.

 

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El jardín fue el universo íntimo de Frida, su refugio y un factor decisivo tanto en su arte como en su vida. Allí descansaba y encontraba importantes inspiraciones para sus pinturas.

Los jardines de La Casa Azul están repletos de flores nativas y de gran variedad de plantas autóctonas de México, típicas de la época, que la artista representó ampliamente en sus obras. Como las buganvilias, las flores que usó Frida Kahlo en sus famosas coronas; el cempasúchil que Frida usó para decorar los interiores de su casa y también representaba en sus pinturas relacionadas con la conmemoración del Día de Muertos y muchos más como: la fucsia, la colocasia, las jacarandas, cactus o suculentas, que Frida incorporaba en sus obras creando alegorías emocionales y sexuales, expresando su propio dolor, la complejidad de su personalidad y la idea de dualidad, que fue el tema clave de la trayectoria de la artista.

 

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Conocer el hogar de Frida Kahlo y Diego Rivera nos permite descubrir la intensa relación que existe entre las obras de los dos artistas, sus personalidades y la vegetación exuberante.

Para entender fácilmente la vida y el arte de los dos maestros basta con fijarnos en las casas gemelas, estudio de Diego Rivera y Frida Kahlo, ubicadas en el barrio de San Ángel. Dónde existe una conexión entre l’ arquitectura, el diseño de interiores y la naturaleza.

 

 

Dos casas, unidas solamente por un pequeño puente en su parte superior, fueron encargadas por Diego Rivera y diseñadas en 1931 por su amigo, artista y arquitecto – Juan O'Gorman (quien luego también será responsable de remodelación de La Casa Azul en los ‘40).

Junto a la casa-estudio del mismo arquitecto, las tres casas forman un gran ejemplo de arquitectura funcionalista y muestran la innovación en el contexto de arquitectura moderna en el ámbito mundial.

 

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En su proyecto O’Gorman introdujo soluciones modernas, incorporando al mismo tiempo elementos tradicionales propios y de carácter mexicano como el color de fachadas y la vegetación que rodea las casas.

El gran énfasis que el arquitecto puso en la función e iluminación natural, se traduce en amplios talleres con grandes ventanas de piso a techo. Su ubicación hacia el norte permitió una dispersión uniforme de la luz y minimización de ingreso del Sol, creando las condiciones excelentes para la pintura y creación.

Aunque en las fábricas ya se había utilizado el sistema de fachada de cristal, no ocurría lo mismo en la arquitectura doméstica. En su época el proyecto de O’Gorman fue una solución innovadora.

 

 

La apertura de los interiores hacia el entorno natural y las cercas de cactos que rodean el sitio daban una total transparencia y permitían las vistas hacia las huertas (en esa época existían pocas residencias campestres alrededor de los estudios). Las formas geométricas de arquitectura combinadas con las formas orgánicas de naturaleza y la luz natural, provocan la sensación de tranquilidad y expresan un verdadero encanto de la vida.

 

 

 

Proponiendo la nueva forma de vivir y teniendo en cuenta la máxima "el mínimo de gasto y esfuerzo por el máximo de utilidad", O’Gorman logró crear los espacios donde desaparece la frontera entre exterior y interior, entre el ámbito natural y el mundo humano.

Las tres casas que hoy forman parte de “Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo” son unas de las más valiosas aportaciones a la arquitectura Mexicana del siglo XX.

Nos permiten entender y imaginar como la síntesis de los colores, la luz natural y vegetación exuberante pueden crear condiciones perfectas para el desborde de la creatividad y pasión artística en su más pura esencia.

 

Fotos: Anna Stec

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